Gasoductos e infraestructura ferroviaria: entre el boicot y el sabotaje. Interés superior de
la nación: principio frecuentemente ignorado. JMAS de Chihuahua: cierra su
sucursal “Flores Magón”.
México sufre hoy una seria amenaza a la gobernabilidad y seguridad.
Además de los conocidos efectos generados directamente por la actividad del
narcotráfico, desde hace años el país es víctima de la sustracción ilícita de
combustibles en sus gasoductos. Aunado a ello, en días recientes el estado de
Michoacán ha sido testigo de la obstaculización de sus vías férreas, cometida
por grupos de la disidencia magisterial (CNTE) en protesta contra ciertas
condiciones laborales de su gremio. El problema no para ahí, pues en las
inmediaciones de la infraestructura que Petróleos Mexicanos tiene instalada en
el estado de Guanajuato, ha aparecido de manera repentina y sorpresiva un
cargamento de explosivos dejado bordo de un vehículo. Estos hechos representan
una afrenta al régimen de derecho, así como un riesgo evidente para la
fortaleza institucional del Estado Mexicano.
Como si lo anteriormente referido no causara suficiente daño, tales
acciones también provocan cuantiosas pérdidas económicas a los sectores público
y privado, y además envían una pésima imagen del país ante la comunidad
internacional, desincentivando la inversión extranjera. México no se puede dar
el lujo de estar a merced de grupos e intereses situados al margen de la ley,
que hacen del boicot y el sabotaje sus mecanismos de presión para doblegar la
voluntad y la fuerza del gobierno.
Hoy México vive un período de necesaria transformación, pues se halla
inmerso en una cauda de problemas heredados de su pasado reciente y de la
idiosincrasia de algunos malos ciudadanos. Que robar combustible a PEMEX
–huachicoleo- se ha vuelto casi una moda; que traficar drogas, asesinar
rivales, extorsionar y secuestrar personas también parece estar
–desafortunadamente- en boga; que aquí “la corrupción –no la solución- somos
todos”, porque en esta nación “el que no es transa no avanza”, ya que “lo
importante no es que a uno le den sino que lo pongan donde haya”, son
anti-refranes de una lamentable realidad social. Tales situaciones y
expresiones revelan la compleja circunstancia que nos afecta como país, y son
evidencia de la negativa mentalidad que por desgracia existe en algunos
mexicanos.
Renovarnos o morir, parece ser ahora la inevitable disyuntiva. Cuando
las instituciones y quienes las dirigen pierden la confianza de los ciudadanos
porque las acciones de los gobernantes, representantes populares y jueces no
merecen el reconocimiento ni el respeto populares, es momento de pensar y
repensar sobre el rumbo futuro del país. Cuando las fuerzas policiales y
militares encargadas de la seguridad y el orden se corrompen, renunciando a su
noble tarea de defender la integridad y los bienes de todos, para ser
desplazadas por el crimen y la barbarie que se enseñorean del territorio
nacional, llega en modo inexorable el tiempo de reflexionar sobre lo que es
verdaderamente importante para el ente colectivo que -quienes en este lugar del
planeta nacimos y vivimos- conformamos, es decir, llega la hora de cavilar y
recordar qué es lo fundamental para el Estado Mexicano. No es difícil concluir
que ese principio general fundamental e invulnerable, que debe ser respetado
por tanto por las acciones de cualquier servidor público, como por las de todos
y cada uno de los demás ciudadanos, es el interés superior de la nación. Este
imprescindible axioma ha sido muchas veces ignorado.
Cierta incomodidad causó en algunos usuarios el cierre de la sucursal
“Flores Magón”, efectuado por la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de
Chihuahua. La medida, adoptada hace unos días por el organismo operador del
agua, ha causado malestar entre los habitantes de las colonias aledañas al
sector o zona de influencia de la avenida “Flores Magón”, pues les resultaba
práctico acudir a la ahora clausurada sucursal para realizar el pago mensual,
así como otros trámites relativos al servicio de agua potable, alcantarillado y
saneamiento.
Una de las quejosas, la señora Olivia Alicia Sáenz -vecina de la Colonia
“Guadalupe”-, se dijo molesta porque con la nueva medida de ahora en adelante
tendrá que desplazarse más lejos, y pagar para ello dos boletos de camión
urbano, pues para liquidar su recibo mensual deberá ir hasta la oficina matriz
situada frente al Parque “Lerdo”. También entre el personal que atendía tal
sucursal ha generado cierta inquietud la repentina decisión, ya que no ha
faltado quien manifieste incertidumbre sobre su estabilidad laboral, habida
cuenta de los múltiples despidos que durante los últimos 27 meses han ocurrido
tanto en este como en otros organismos y dependencias del Gobierno del Estado.
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