domingo, 7 de agosto de 2022

Agosto de 1521, a 501 años de la caída de la gran Tenochtitlan y del imperio azteca que dio paso a la conquista de los españoles. Por: José Luis Jaramillo Vela


 Después de la “Noche Triste”, Hernán Cortés se regresa cabizbajo y derrotado a Cuba

Desde el año 1519 los españoles habían hecho contacto con las diferentes tribus que poblaban el centro del territorio y la costa del Golfo de México; en 1520 tras una serie de errores, desaciertos y malentendidos, Hernán Cortés y los españoles son expulsados de manera violenta de Tenochtitlán por los aztecas en el histórico episodio conocido como “La Noche Triste”, en la que Cortés perdió ochocientos soldados españoles y mil doscientos guerreros tlaxcaltecas aliados. Después de esta humillante derrota, Cortés regresa triste, humillado y derrotado a Cuba.

En Cuba, Cortés no escapó de las burlas y humillaciones de dos de sus archirrivales: Don Diego Velázquez de Cuéllar, Gobernador de las Islas del Caribe y de Pánfilo de Narváez, Gobernador de los Territorios de la Florida, quienes prácticamente un día sí y el otro también, lo traían de encargo; era la comidilla incluso en la Corte Real del Rey Carlos I de España, ante quien Cortés había quedado en ridículo, pues no solo no conquistó el territorio, sino que además en una sola noche había perdido dos mil hombres.

Hernán Cortés se desquita de sus enemigos y busca su revancha personal con su amigo el Rey

Cortés, aguantando todas las burlas, la vergüenza y la humillación de la derrota, escribe una carta y le solicita al Rey Carlos I que le conceda otra oportunidad para conquistar el Imperio Azteca y le habla de su plan para la conquista; el Rey, quien le tenía afecto y consideración a Cortés, y éste, que sabía muy bien del afecto que le dispensaba el Rey, ve aquí una oportunidad para vengarse de las burlas de sus enemigos y le sugiere al Rey que, como ni las islas del Caribe ni la Florida estaban en situación de guerra, en caso de aceptar su petición, entonces Don Diego de Velázquez y Pánfilo de Narváez estaban en posibilidad de aportar los soldados, las naves, la artillería, los suministros y los recursos que necesita para emprender la conquista; el Rey accede y Cortés con toda la malicia y picardía del mundo, le hace una simple e “inocente” pregunta…¿y si no aceptasen?...y el Rey accede.


Cuando Cortés recibe la carta con la respuesta de aceptación del Rey, a Don Diego de Velázquez y Pánfilo de Narváez les llega su respectiva Orden Real, indicándoles aportar tropas, naves, artillería suministros y recursos para ponerlos a las órdenes de su archirrival Hernán Cortés quedaron petrificados, no podían creer cómo se las había jugado Cortés y tuvieron que acceder, so pena, según la Orden Real, de ser destituidos y puestos a disposición del Rey, ya que la misión era conquistar el Imperio Azteca.

Hernán Cortés regresa ávido de venganza, de poder y de conquista… y de quedar bien con el Rey

A regañadientes, Velázquez y Narváez le juntaron a Cortés entre cuatrocientos y quinientos soldados y equipamiento militar, con esos soldados mas unos mil hombres entre indios caribeños y esclavos africanos, Cortés de inmediato zarpó hacia Veracruz, que Cortés había fundado y donde había dejado gente para poblar el lugar y algunos soldados. Los gobernadores de la Florida y de las Islas del Caribe le dejaron muy en claro a Cortés que lo habían apoyado únicamente por provenir de una Orden Real y que con escasos mil quinientos hombres, iba directo al fracaso; Cortés los ignoró y zarpó a Veracruz, el tenía su plan bien estructurado que sólo conocían él y el Rey.

A su llegada, lo primero que hizo Cortés fue reunirse con sus viejos amigos Xicomécoatl “El Cacique Gordo”, emperador de Zempoala y rey de los Totonacas y con Xicoténcatl Axayacatzin, emperador de Tlaxcala, para llevar a cabo su plan; pero Xicoténcatl Axayacatzin muere de viruela (enfermedad que habían traído los españoles desde 1519), sucediéndolo Tehutipitl Tzelecatzin, quien se negó a negociar y reunirse con los españoles, por lo que los atacó, muriendo en el combate; a Cortés le preocupaba que los tlaxcaltecas eligieran otro gobernante renuente a la alianza, pero asume el poder del señorío tlaxcalteca otro aliado, Xicoténcatl Motenahuatzin, entonces Cortés retoma su plan.

Después de la Noche Triste y a su partida a Cuba, Cortés dejó soldados en Veracruz, encargados de mantener las buenas relaciones con los Totonacas y con los Tlaxcaltecas, en su interior él sabía que iba a regresar y le convenía mantener las buenas relaciones con los aliados. El plan de Cortés consistía, con la anuencia del Rey, en buscar las alianzas con los diferentes señoríos y cacicazgos que eran oprimidos y maltratados por los aztecas, quienes les cobraban altos tributos y los utilizaban para sus sacrificios humanos, de esto ya estaban cansados y resentidos los diferentes pueblos oprimidos; aprovechando esa situación, Cortés buscaba aliarlos con él para derrotar a los Aztecas y tomar Tenochtitlán, en reciprocidad, Cortés les cedería a los diferentes caciques, los territorios que ellos querían para establecer su reino, bajo las condiciones de que aceptaran sujetarse al gobierno de los españoles, que se quedarían con la Gran Tenochtitlán para desde ahí gobernar, explorar y extender el nuevo territorio conquistado. El Rey había autorizado a Cortés ofrecer esos territorios para ellos, siempre y cuando se sujetaran al gobierno de España.

Seis meses: tiempo de intensas negociaciones y convencimiento para formar una gran alianza

Los pueblos aborígenes no eran uno solo, eran muchos y de diversas procedencias, a pesar de que algunos tenían ciertas similitudes lingüísticas, cada uno actuaba conforme a sus propios intereses culturales, religiosos y políticos, algunos eran pacíficos y otros eran belicosos, además cada uno de estos pueblos buscaba su propio territorio, organización social y forma de gobierno, para ello cada pueblo formaba un señorío o cacicazgo o “Altépetl”, que era una especie de ciudad-estado con su propio gobernante o “Tlatoani”; cuando algunos pueblos eran afines, se aliaban y formaban un “Reino” o “Imperio”, y se extendía el territorio. La mejor prueba de esto era la organización social del Imperio Azteca, el imperio dominante en todo el territorio, estaba formado por la famosa “Triple Alianza” entre los Aztecas de Tenochtitlán, los Tlatelolcas de Tlatelolco y Texcoco y los Mexicas de Tacuba, pueblos, los tres, tan belicosos que al no poderse dominar unos a otros, decidieron aliarse y formar el Imperio Azteca, para dominar y someter a todos los demás pueblos.

Hernán Cortés ya tenía de aliados al Cacique Gordo Xicomécoatl emperador de los Totonacas y Zempoaltecas y a Xicoténcatl Motenahuatzin, nuevo emperador tlaxcalteca, ellos le ayudaron a negociar y convencer a los señoríos de Quiahuiztlán, Tepeticpac, Tizatlán, Ocotelulco, Chalco, Xochimilco, Azcapotzalco y Mixquic para unirse en alianza para derrotar al Imperio Azteca. Todos estos pueblos quedaron convencidos de lo que Cortés les ofrecía, más la gran oportunidad que vieron de liberarse por completo del terrible yugo opresor de los Aztecas. Alrededor de seis meses le tomó a Hernán Cortés formar esta enorme alianza.

Hernán Cortés y sus aliados van por la Gran Tenochtitlán y por su Emperador Cuauhtémoc

“Era un ejército enorme, imponente, nunca visto, con muchísimos efectivos, la gran mayoría indígenas que tal vez superaban entre quince a veinte por uno a los hombres de Cortés” relata Bernal Díaz del Castillo en su “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”, por lo que la alianza de Cortés contaba con alrededor de veintidós mil hombres cuando menos. A medida que Cortés hacía alianzas, iba avanzando el asedio sobre la Gran Tenochtitlán, de manera que por distintos rumbos se iban estableciendo combates y frentes de batalla; a pesar de la enorme superioridad de Cortés y sus aliados, el avance sobre la gran ciudad era muy lento. Desesperado por esta situación, el líder guerrero tlaxcalteca Xicoténcatl Motenahuatzin, quien era un guerrero joven, vigoroso y ambicioso, le reclama a Cortés el poco y lento avance logrado con tan enorme superioridad y amenaza con abandonar la alianza; Cortés sabe muy bien que, si abandona Xicoténcatl, abandonan todos los pueblos aliados y quizá únicamente se quedaría con Xicomécoatl y los Totonacas, por lo que decide acelerar el ritmo de batalla y dar el zarpazo final sobre Tenochtitlán.

La primera decisión fue en extremo sanguinaria, Cortés tenía ochocientos prisioneros, todos ellos mujeres, niños y niñas, ordenó asesinarlos a todos y colocar sus cuerpos sobre una de las avenidas que conectaban con Tenochtitlán, a la vista de todos, como muestra de una crueldad extrema; como segunda acción, ordenó cortar los suministros de agua y alimentos hacia Tenochtitlán y esperar a que comenzaran a padecer hambre y sed para el ataque final. De forma simultánea, los esclavos africanos que lo acompañaban habían construido trece embarcaciones, previendo Cortés que al sentir la falta de agua y alimentos huirían en canoas; de modo que con las embarcaciones cortaron el paso por el lago de Texcoco; luego finalmente, con unos aztecas agobiados por la sed y el hambre, los ejércitos tomaron todas las calzadas a Tenochtitlán y se produjo el asalto final.

Finalmente, el 13 de agosto de 1521 cae la Gran Tenochtitlán, Cuauhtémoc, el último Gran Tlatoani, que se había refugiado en Tlatelolco es hecho prisionero, con esto se derrumbó el Imperio Azteca y su Triple Alianza, con el último Gran Tlatoani prisionero, la Gran Tenochtitlán queda en poder de los españoles y sus aliados. Se había consumado la Conquista de México.


Cortés cumple su palabra con sus aliados, pero…


Consumada la Conquista, Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano queda como la gran figura de toda la acción de guerra y cumple lo pactado con los caciques aliados y Cortés es nombrado como Gobernador General, mientras de España envían al nuevo Virrey; Cortés cumplió y mantuvo su palabra, pero al tomar posesión la Corona Española del nuevo territorio, las exigencias fueron otras, llegaron miles de españoles, tropas reales, los misioneros y la situación cambió por completo, comenzando una era de abusos contra los indígenas que habían ayudado a consolidar la conquista. El nuevo territorio fue nombrado como “La Nueva España”.

Otra vez la historia

De manera generalizada, la historia oficial nos habla de “la conquista de los españoles”, y de manera deliberada y mañosa nos esconde un poco el dato de que prácticamente fueron los pueblos indígenas aliados de Cortés quienes derrumbaron al imperio Azteca para dar paso a la Conquista; realmente los españoles fueron muy pocos, casi quinientos los que participaron en la conquista. En un principio, la historia oficial consideró no mencionar tanto el hecho de los aliados, bajo el malentendido supuesto de que los propios indígenas se habrían traicionado al ayudar a los españoles a la conquista. Por principio de cuentas, la idea de “indígena”, no existía, ese término vino con los españoles, por lo tanto, no se puede decir que la causa indígena fue traicionada entre ellos mismos, porque todos los pueblos eran diferentes y no eran amigos, unos trataban de someter a otros y estaban en constantes conflictos, todos deseaban expandir sus dominios a costa de someter a otros, no eran amigos y por eso no se puede hablar de traiciones.

El único que entendía muy bien la situación, era el propio Hernán Cortés, quien desde un principio supo que los pueblos indígenas terminarían siendo vasallos de la Corona Española y los alió y utilizó para tal fin; aunque él cumplió su parte, les dió a sus aliados lo que les había prometido. Por su parte los aliados de Cortés veían a los españoles como otro grupo más en busca de su territorio para establecerse, no tenían ni la menor idea de que detrás de Cortés estaba la Corona Española y sus apetitos de conquista, por eso tampoco la historia los puede juzgar de que actuaron de forma inocente, ellos no sabían, desconocían las intenciones de los españoles. Moctezuma Xocoyotzin fué tal vez el único que actuó con cierta inocencia, puesto que él y solo él consideró a Cortés como un enviado de los dioses para gobernar y tal vez por eso cedió ante él. De todo esto, el 13 de agosto se van a cumplir 501 años.

Fuentes Bibliográficas:

+ www.gob.mx/siap

+ www.gob.mx/inpi

+ bbc.com/mundo/mexico

+ historia.nationalgeographic.com-es

+ ciencia,unam.mx

+ conecta.tec.mx

+ imfobae.com

+ pueblosoriginarios.com

+ www.inah/mediateca

+ es.wikipedia.org

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