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LE SOPLA
El que se quema con leche hasta al jocoque le sopla, parece ser el
dicho que aplica a la declaración de El Loerilla. Eso de que se la llevará
calmado con Maru Campos, sonó más hueco que una moneda de 27 pesos con 10
centavos que cae sobre el pavimento. Su Jefe Lopitosh vino con el hacha
desenterrada y el tum-tum de los tambores de guerra sonando por todo el estado.
Ambos levantaron del piso a El Paisita, que dejará al estado con un déficit de
8 mil mdp, un socavón de 4 mil mdp en Pensiones, una deuda superior a los 65
mil millones de pesos y un enorme cúmulo de demandas y atropellos. Tanto Amlo
como Loera, dijeron que Corral era súper, que Chihuahua no lo merecía y que era
un Gobernador honesto. Pero fue pura simulación, porque años y meses atrás,
López Obrador dijo que El Paisa era un político que no había elevado la voz por
el fraude de 2006, que todo lo que había hecho en Chihuahua había sido pintar
las casetas de azul y que era un conservador. Pero dos rayadas después aseveró
que Corral era un progresista, defensor de libertades y honesto como nadie. O
seáse, no hay seriedad en el discurso oficial y, por tanto, nadie tiene por qué
creerle a El Loerilla que se la llevará calmado. No es su naturaleza, pues,
como reza la anécdota del escorpión, que nunca falla.
FECHA AL IPHONAZO
Un Juez de Primera Instancia fijó fecha y hora para revisar el
decreto de No Ejercicio de la Acción Penal en el caso del Iphonazo. Juan Javier
Cornejo Paéz señaló el día 13 de septiembre a las 09:30 horas para revisar en
control judicial el acto impugnado de la titular de Inspección Interna.
Recuérdese que el pasado 16 de julio de 2021, el Agente del Ministerio Público,
Luis Isaías Olivas Olivas, le dio carpetazo al expediente 19-2019-27422. Su
superior, es decir, su jefa, Edna Edith Alvídrez Manquero, Directora de
Inspección Interna de la Fiscalía Especializada en Control, Análisis y
Evaluación, le dio el visto bueno, o seáse, le dio el vobo a ese decreto. Según
su estimación, la denuncia interpuesta por el reportero de La Opción de Chihuahua,
no contenía elementos para ameritar una ivnestigación, que por cierto debió
ella desahogar y la tiró al cesto de la basura ministerial sin más ni más. El
reportero presentó una impugnación ante un Juez de Control, para que éste
decida si fiscalía debe o no integrar esa Carpeta de Investigación contra
Corral, Escamilla y sus secuaces, o si es correcto enviarla al limbo, en donde
había descansado los últimos dos años. Si procede, para esa fecha quien será
investigado deberá comparecer a Juicio, si esa carpeta fuera
judicializada, por los delitos de Abuso de Poder y Uso Ilegal de la Fuerza
Pública, como El Ciudadano Corral y no como el prepotente y soberio
Gobernador del Estado, pues habría sido despojado ya del fuero constitucional,
de su glamorosa escolta y los aviones turísticos oficiales.
MARATÓN DE CENAS
Corral sigue con el maratón de cenas y chelas, no cabe duda, a
todo vapor, con fuerza inusitada, antes que se le acabe el fuero. La noche del
miércoles estuvo en el Epoca, ese restaurante que se halla ubicado sobre el
Perijuv y al que solo pueden ir aquellos que saben de maridaje entre carnes y
vinos. No cualquiera, diría Juan Enrique López Aguirre, conductor del Programa
No le Cambie. El Paisita estaba acompañado por una mujer que La Fuente no pudo
identificar y por Manuelito del Castillo, el destartalado vocero del Gobierno
del Estado. Ya Corral se siente protegido por el manto amparista de Palacio
Nacional. Sin embargo, hay que señalarlo, parece que 48 horas después le
revocaron el acuerdo, según el discurso ése de que los nuevos Gobernadores no
deben ser tapaderas de los salientes (¿O solo en Chihuahua si?). Como sea,
hundido el barco, naufragado el proyecto, el primero en brincar, como dice el
dicho, fue Corral, al grito de sálvese quien pueda. Dejó abandonada a la
tripulación y por eso es lógico que ahora cada quien nade con sus propios
guajes. Ha perdido tanto poder que ni Panchito Muñoz -dicen, dicen, solo dicen-
le saluda, molesto porque en su lista de sospechosos está el propio Gobernador.
Es que, ¿quién más podría saber que se llevó dos botellas de la cava de palacio
sin regresarlas?
LAME DUCK
Alejandra de la Vega anda como Lame Duck, el Patito Cojo,
personaje de aquella famosa leyenda norteamericana. La funcionaria estatal de
la administración saliente, con afanes transexenales, al estilo de la vieja
anécdota, ha invitado a comer y ver juegos de los Bravos de Juárez a quien le
mira posibilidades de tener lo que quien se va pierde a borbotones. No es,
tampoco, nada nuevo, porque al menos se ha mantenido así, durante los últimos
tres sexenios. El Patito Cojo, en sus afanes releccionistas en posiciones
de poder, no sigue el ritmo de la bandada, pero aspira a mantener su estatus
político por cuenta propia. ¿Qué dirá el saliente al saber finalmente cuál es
la pata de la que cojea no una sino varios o muchos de sus colaboradores? Lame
duck, lame duck, se va el poder, se va el poder, y no hay mucho ya qué hacer (o
más bien nada). ¿No sería mejor salir con dignidad del cargo, rendir cuentas y
entregar el puesto de la mejor manera posible? Como sea, de cualquier manera,
sería entender el nuevo escenario político en el estado que tratar de
representar aquella vieja dramaturgia que a pesar de los años se repite en el
contexto de los cambios y que, en esta ocasión, al parecer, no tendría buenos
resultados.
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