Ojinaga Chih.- Tal y como advierte la directora de la Clínica
Dental (ALTIMA), Dra. Verónica Jiménez, una mala respiración puede afectar a la
salud bucodental al provocar un desarrollo incorrecto de los maxilares, algo en
lo que también influye la forma del paladar.
Los paladares que son excesivamente ojivales o estrechos
pueden hacer que la dentadura crezca hacia delante. Al ser el paladar el suelo
de la nariz, si es demasiado apuntado, la capacidad de la nariz posiblemente
será estrecha y pequeña, impidiendo que se respire todo lo bien que se debiera. 
Además, en estos casos, los labios no sellan bien durante el sueño, lo que
provoca problemas durante el sueño y falta de un descanso reparador.
En este sentido, como señala Jiménez, respirar por la boca
en lugar de por la nariz, ya sea durante todo el día o solo durante el sueño,
tiene numerosas consecuencias. Además, puede ocasionar alergias e infecciones
respiratorias, debido a que el aire no pasa por ningún filtro por el que
limpiarse, calentarse y humedecerse.
De igual forma, el cerebro no consigue suficiente
oxigenación, lo que puede causar problemas de concentración, falta de atención,
falta de coordinación o dolores musculares. Asimismo, pueden producirse apneas
del sueño y también que se ronque.
En este sentido, si no respira por la nariz, no existirá un
estímulo durante el desarrollo que haga que los huesos crezcan correctamente,
por lo que suelen ser niños con el maxilar superior poco desarrollado y
paladares ojivales, lo que más adelante hará que aparezcan problemas en la
oclusión.
Así, las personas que respiran por la boca probablemente
tendrán problemas de cierre labial debido a que siempre tienen la boca abierta
para respirar, provocando que el labio superior no se desarrolle muscularmente
y tenga hipotonía.
Las consecuencias de respirar por la
boca
Esta falta de cierre labial también puede provocar problemas
de boca seca, labios agrietados, mal aliento y falta de saliva, relacionados
con la aparición de caries y problemas de encías, puesto que la saliva realiza
un mecanismo de defensa frente a todas esas bacterias que nos producen estas
enfermedades.
Así las cosas, en algunos casos, los ortodocistas pueden
recomendar algunos ejercicios para rehabilitar la respiración oral, tal y como
detalla Verónica Jiménez, quien recomienda realizar cuatro series.
En primer lugar, una primera serie en la que, cerrando los
labios, se realicen 10 respiraciones profundas por la nariz delante de un
espejo para observar el movimiento de las alas nasales; después, una segunda
serie, en la que se inspire profundamente y, en un vaso que contenga un poco de
agua, se espire totalmente haciendo burbujas con una pajita sin salpicar hasta
en un total de 10 repeticiones.
La tercera serie consiste en hacer 10 pequeñas bolitas de
papel y colocarlas en un extremo de la mesa. A continuación, se debe inspirar
aire por la nariz y seguidamente soplar para llevarlas poco a poco al borde
opuesto. Es importante que no caigan al suelo.
En una cuarta serie, tal y como aconseja el odontólogo,
también delante de un espejo, con la boca cerrada se deben realizar varias
inspiraciones y espiraciones por la nariz empañando el espejo. Después,
inspirar por una narina y espirar por otra, alternativamente.
En una quinta serie, los expertos recomiendan colocar un
trozo de galleta entre los labios mientras el niño lee, ve la televisión o
realiza cualquier otra actividad, aumentar progresivamente la duración.
Jiménez aconseja, en la primera semana, realizar las dos
primeras series durante 30 minutos al día. En la segunda semana, aconsejan
incorporar la rercera serie durante el mismo tiempo. Lo mismo ocurre en la
tercera semana, en la que se añade la cuarta serie. Finalmente, en la cuarta
semana y en las sucesivas, los expertos recomiendan realizar todas las series
durante 30 minutos al día.
Además, según indican, debe hacerse un esfuerzo por mantener
siempre los labios cerrados. "Haciendo bien los ejercicios, el hábito
puede rehabilitarse en varios meses. Si no es así, deberá buscarse la ayuda de
un logopeda o un rehabilitador que ayude a corregir el hábito", ha
concluido Jiménez.

 


 
 
 
 
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